Auge y colapso de Hugo Rafaél Ahmadinejad
Gustavo Coronel
Aunque separados por miles de kilómetros los regímenes de Hugo Rafaél Chávez en Venezuela y de Mahmoud Ahmadinejad en el Irán se han comenzado a parecer mucho. Ambos se están haciendo mas frágiles, no tanto debido a la fuerza de la oposición sino a los progresivos errores que están cometiendo en la conducción de los asuntos públicos en sus países.
La luna de miel de Ahmadinejad en Irán se acabó. Hace pocas semanas mas de la mitad de los miembros del Congreso Iraní, los Majlis, lo censuraron debido a las condiciones económicas deplorables del país, especialmente la inflación y el desempleo. También lo censuraron por su falta de transparencia en el manejo de los dineros públicos. Le exigieron disminuir el gasto público, combatir la inflación que ya llega al 15% y controlar la deuda pública que es de unos $25.000 millones. El presupuesto nacional que ha presentado Ahmadinejad es una lista de supermercado y no parte de un plan de desarrollo. El periódico que hace estas críticas es nada menos que el Jomhouri Islami, el cuál representa la opinión del líder supremo iraní, el Ayatolah Alí Khameini.
Los miembros del Congreso también le critican a Ahmadimejad su vulgar y agresivo lenguaje en las Naciones Unidas, en respuesta a las sanciones de esa organización contra las pretensiones nucleares promovidas por Ahmadinejad.
Ls elecciones del 15 de diciembre para los consejos urbanos en Irán resultaron en una gran derrota para Ahmadinejad y en una victoria para su rival, Alí Akbar Rafsanjani, el ex-presidente del Irán acusado de terrorista por el gobierno de Argentina por la bomba que explotó en la mezquita de Buenos Aires en 2001.
Ahmadinejad se está aislando en Irán y fuera de su país. Su régimen es un desastre. La inversión extranjera se ha ido apresuradamente. La inflación es alta. La bolsa de Teherán ha colapsado. Hay una intensa fuga de capitales hacia Dubai. Los precios de la comida han doblado en los últimos meses. Los dineros del petróleo están siendo utilizados para proyectos fantasiosos y y no para aliviar la pobreza de los iraníes.
En Venezuela la situación muestra diferencias de forma pero en el fondo hay una gran similitud pués, en ambos casos, hay un progresivo aislamiento del dictador. Chávez ganó aparentemente las elecciones de Diciembre 2006 y tiene un control total de la Asamblea Nacional. Maneja el país en base a sus caprichos y deseos, los cuáles no consulta con sus allegados y mucho menos con sus adversarios. Pero aún ese poder extremo no lo ha satisfecho. Obligó, por tanto, a la invertebrada Asamblea Nacional a que le aprobara una ley “habilitante”, mediante la cuál los asambleistas ya no tienen mucho mas que hacer, excepto recibir sus obscenos sueldos y él puede manejar al país en base a decretos que son como los úkases de la época zarista en Rusia.
Esta ley le ha servido para proceder a nacionalizar a CANTV y a la Electricidad de Caracas y para obligar a las empresas petroleras extranjeras a cederle un 60% de las acciones en las operaciones de la Faja del Orinoco, donde estas empresas ya han invertido unos $20.000 millones en intalaciones de mejoramiento del crudo pesado de la zona. Esta orgía de actos insensatos ha provocado cuantiosas pérdidas económicas al país y a miles de pequeños inversionistas de las empresas arriba mencionadas. La inflación en Venezuela este año apunta a un 25%, el desempleo es el mayor de América Latina y la deuda pública se ha duplicado, llegando a mas de $40.000 millones durante el régimen chavista.
Petróleos de Venezuela está en este momento tratando de obtener un préstamo internacional por unos $3500 millones, para recuperar el dinero que le ha sido sustraído por Chávez para darlo a sus amigos Cubanos, Nicaraguenses, Bolivianos y Ecuatorianos.. De esta manera la empresa toma el camino del desastre económico. Le será dificil a Petróleos de Venezuela obtener un préstamo internacional a intereses razonables, ya que la empresa se niega a presentar sus estados financieros al Security Exchange Commision, un acto de transparencia indispensable para optar al financiamiento internacional.
La percepción que se está formando en torno a Hugo Chávez, aún entre sus propios seguidores, es que el pobre hombre tiene un deseo de muerte. Parece incapaz de resistir tomar acciones cada vez mas espectaculares para obtener mayor control político y económico y para antagonizar a los Estados Unidos. A medida que sus decisiones son mas absurdas y son aceptadas en silencio por un país letárgico pero ridiculizadas y criticadas internacionalmente, Chávez se siente obligado a tomar nuevas medidas de casi increíble estupidez. Su exhibicionismo ha llegado a niveles muy altos y parece no poder detenerse, con su sadismo estimulado por el silencio resignado de sus compatriotas y su resentimiento exacerbado por las burlas y críticas que está recibiendo del extranjero.
Uno de sus proyectos es convertirse en presidente vitalicio, como Castro en Cuba y Mugabe en Zimbabue. Sus aduladores están planificando la erección de una estatua al dictador, mas alta que la que se mandó a hacer Hussein. Una escultura que se proyecta para el Cerro del Avila consite en una aguja de concreto en forma de misil, apuntando hacia los Estados Unidos.
El vergonzoso desfile de gorilas sin decoro, escenificado el cuatro de este mes en “conmemoración” de un golpe sangriento y fallido, ilustra la falta de dignidad de los venezolanos en uniforme arrodillados frente al dictador. En algunos cuarteles de estos gorilas, como uno situado en Valencia, comienzan a aparecer consignas que rezan: “Socialismo, Patria o Muerte”, consignas adulatorias y de muerte incompatibles con una fuerza armada digna.
Las estupideces y los abusos que comete este hombre mentalmente desequilibrado, como lo han advertido ya los psiquiatras venezolanos (con excepción de Rodríguez y Chirinos) ha hecho posible que una espesa cortina de arepas totalitarias (no de hierro) haya descendido sobre un país otrora democrático. Los líderes latinoamericanos mas decididos como Felipe Calderón y Oscar Arias ya lo dicen abiertamente mientras los menos valerosos lo dicen en privado. La prensa norteamericana y europea, desde el Washington Post hasta El País de Madrid, hablan ya del Chávez dictador, a pesar de los millones de dólares que sus embajadores están gastando en propaganda política a su favor en las grandes capitales del mundo desarrollado.
Sus amigos gringos, como Joseph Kennedy (un mercenario indigno de ese apellido) son objeto de severas críticas en la prensa regional norteamericana. La ola de buena voluntad que embajadores genuflexos como Alvarez en Washington, Toro Hardy en Londres, Rincón en Lisboa y otros habían comprado con el dinero que nos pertenece a todos los venezolanos se ha revertido.
Hoy por hoy Hugo Chávez es un dictador despreciable y despreciado en el mundo civilizado.
Por vías ligeramente diferentes Chávez en Venezuela y Ahmadinejad en Irán están en camino, uno mas lento, uno mas rápido, hacia un destino final común: el basurero de la historia.
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